Tarta de galletas con mermelada
Si no quieres utilizar tanto chocolate para tu tarta, una buena opción es el relleno con mermelada. De esta manera sigue estando dulce, pero no tiene casi chocolate.
Utilicé galletas del tipo Digestive para hacerlo ya que son más grandes y más gordas, pero también se puede utilizar galletas María o cualquiera de tus galletas favoritas. En ese caso, no dejes que las galletas se empapen mucho ya que son más delgadas.
También se puede sustituir la mermelada de fresa por otro sabor que te guste más. Yo creo que la fresa es lo que mejor pega con el chocolate, pero el albaricoque o las moras tampoco están mal.
Y para la cobertura, también pega un chocolate blanco, pero en mi opinión es demasiado empalagoso. El chocolate negro también está bien.
Y lo mejor es cuando cortamos la tarta, veremos un montón de capas rellenas. Queda super bien. Y sorprende a todos los comensales que no pueden creerse que algo tan sencillo pueda estar tan bueno.
Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo de cocción: 5 minutos
Tiempo total: 1 hora
Ingredientes para 3-4 porciones:
Para la tarta:
- 10 galletas tipo Digestive
- 100 gr. de mermelada de fresa (u otro sabor que te guste más)
- Leche, para empapar las galletas
Para el glaseado:
- 170 gr de chocolate de cobertura troceado
- 2 cucharadas de mantequilla sin sal
Vamos a preparar nuestra tarta con mermelada:
Prepara un molde redondo (tipo cortapastas) en el que quepan las galletas Digestive. También se puede hacer sin molde sobre un soporte.
Ponemos una galleta en el fondo y la pincelamos con la leche varias veces, hasta que se haya empapado. Si es preciso, puedes calentar ligeramente la leche para que cale más rápido.
Unta un poco de mermelada encima de la galleta. Pon otra galleta encima, mójala con la leche y úntala con más mermelada.
Continúa así hasta terminar las galletas. La última capa tiene que ser de galleta.
Mete la tarta en la nevera mientras haces el glaseado de chocolate.
Calienta el chocolate troceado en un baño Maria, sin dejar de remover, hasta que se derrita por completo. Añade la mantequilla y remuévelo para que se integre.
Deja que enfríe un poco y después viértelo sobre la tarta de modo que caiga por los lados y cubra toda la superficie.
Déjala enfriar a temperatura ambiente y después métela en el frigorífico al menos durante media hora. Ten cuidado a la hora de cortarla de que no se rompa.